jueves, 4 de septiembre de 2008

Un grano de arena en la playa

Siempre me pregunto cuánto suma un grano de arena. La acción que emprendemos hoy, ¿tiene sentido en el contexto de todas las cosas? ¿Estamos haciendo una diferencia o sólo palmeamos nuestro ego para justificar nuestra pereza espiritual? Tal vez nunca lo sepa, tal vez sea verdad eso de que "todo suma".
Gracias a la amabilidad de Mónica Carranza, quien hace largos años viene llevando pan, abrigo y amor a los "carasucias", como ella llama con amor a los niños desamparados que se propuso cuidar, pude conocer, esta semana, un poco de todo lo que hace. Jugamos con los chicos, conocimos los hogares que fundó (y una construcción nueva que es su sueño a punto de cumplirse), compartimos ideas para ayudar a su fundación, recordamos juntos a Teodoro Londner (nuestro padre y socio fundador de Esencias Vibracionales Londner´s y de FULTENA), y llevé, en representación de los que colaboraron con nuestra propuesta comprando los apuntes del Seminario de Neide el 30 de Agosto, una donación de seiscientos pesos, cuyo recibo está en nuestras oficinas a disposición de todos. Un gracias de amor por hacerlo posible.
Durante el camino de vuelta, cuando la noche hacía en la ciudad juegos de luces y sombras, volví llorando por la emoción de ver tanto amor en movimiento.
Vamos a hacer más, tenemos que hacer más, ya les voy a ir contando en las próximas semanas. Porque, como dice Mónica, los chicos son nuestro futuro, y si miramos para abajo los vamos a encontrar.
Cada uno con su grano de arena, ¿llegaremos a construir una playa?

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