Cada árbol que cae,
es un ángel disolviéndose en el infinito...
Cada lengua de agua
que se seca
es uno de los ojos de Dios
cerrándose
ya nadie extraña a esos ángeles extraviados,
nadie añora ser bañado
por la luz de aquellos ojos,
ya nadie.
24/Abril/2012
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