domingo, 18 de julio de 2010

¿Flores de Bach para declarar la independencia?

Recorremos el año acompañados de las cualidades naturales de las Flores de Bach.

Mama la libertad siempre la llevarás dentro del corazón
te pueden corromper, te puedes olvidar pero ella siempre está
Charly García
Existen muchas declaraciones posibles para la independencia. La mayoría no tan ruidosa como la del 9 de Julio, pero tal vez más efectivas. Se trata de las cadenas interpersonales, esas que atrapan tantas vidas. Te invito a observarlas desde la perspectiva de las Flores de Bach.

Todos BAJO el mismo cielo
Como las estrellas en las frías noches de Julio, todas ocupando el mismo cielo pero a una inmensa distancia unas de otras, podemos acariciarnos con nuestras luces sin necesidad de oprimirnos, sin pisarnos. Si tan sólo levantásemos la cabeza…El Doctor Bach, con su habitual claridad, lo explicaba así:

“En lugar de reconocer que cada uno de nosotros está aquí para desarrollarse libremente en su propia línea según los dictados del alma solamente, para mejorar su individualidad y para trabajar con libertad y sin obstáculos, la personalidad codiciosa desea gobernar, moldear y mandar, usurpando el poder del Creador”.

Entre sus Flores de Bach, destacó todo un grupo de esencias que nos ayudan a iluminar nuestra conciencia sobre el respeto por el espacio de los demás. Siendo él mismo muy respetuoso, llamó a este grupo: Flores para quienes tienen “excesiva” preocupación por el bienestar ajeno.
Vine, la flor de Bach para los líderes, fue descripta así por su creador: “Su seguridad en sí mismos los hace pensar que a los demás los beneficiaría dejarse convencer por su prédica y hacer las cosas tal como ellos las hacen”. Oops…mejor me tomo un frasco de Vine y dejo de mandonear a todos. Es que con las librerías de títulos y consejos para ser mejores líderes, hay tanta gente buscando ser jefes (o huir de ellos), que yo me siento inclinado a desandar el camino, aprender a confiar en las diferencias que me hacen un equipo con mis hermanos de camino, dejar que las cosas vuelvan a ser por ellas mismas y volver a ocupar el amoroso lugar que la naturaleza me dio en ese esquema más amplio aunque incomprensible. Esa lección de Vine puede cambiar mi vida (y la tuya, pero no te lo voy a decir porque ya la tomé y dejé de decirle a los demás que hacer).
Sin embargo, todavía me queda un poco de liderazgo para proponerte un ejercicio, conectado con la flor de Vine:
La próxima vez que alguien, un hijo, un compañero, un alumno, o incluso un cónyuge, te pregunte qué hacer, respirá profundamente. Luego volvé a respirar. Respirá una vez más, y después de tomar unas gotas de Vine, preguntale: ¿y vos, qué querés hacer?
Haciendo eso los últimos días, re-encontré un ahijado con quien jugar, ex empleados que se transformaron en socios, y alumnos que se convirtieron en maestros. Ah, y le saqué la correa a mi perro, que ahora camina libre por la calle. No se escapó.
Liberarse de mandar es una declaración de independencia tanto para el subordinado como para el líder. Y mientras aprendo la lección de Vine, puedo hacer una fogata con todos esos libros de cómo ser mejor líder para tener menos frío este invierno, con lo diluido que viene el gas este año…

El Abrazo que te deja partido
No es una burla a la película, que además me resultó muy agradable (actuó mi tía Rosita y todo, el orgullo de la familia). Pero quién no recuerda la famosa “Idishe Mamele” (mamita querida) de mi colectividad de origen. Ese abrazo que abrigaba pero asfixiaba, ese cariño que halagaba pero empalagaba.
La otra forma de invadir el espacio de los demás es más acaramelada que la del dictador Vine, que vimos más arriba. La Flor de Bach para abordarla se llama Chicory, y así la describía su descubridor:


“Chicory es para aquellos que se preocupan demasiado por las necesidades de los demás, y tienden a excederse de sus cuidados a los niños, familiares y amigos, encontrando siempre algo que debe ser corregido. Disfrutan intentando modificar todo lo que consideran que está mal, y anhelan tener siempre cerca a aquellos por quienes se preocupan”.


Cualquier parecido con una madre esperando a las siete de la mañana en estado de desesperación el retorno de sus hijos (de treinta años) es pura coincidencia. De nuevo las sabias palabras de mi libro de cabecera, la gastada edición de “Cúrate a ti mismo”, me sacan de la reflexión con una respuesta:

“La actitud del padre para con su hijo, del maestro para con el hombre, o del compañero para con sus semejantes, deberá ser dar cuidados, amor y protección en la medida en que se necesiten y sean beneficiosos, PERO sin interferir ni por un momento con la evolución natural de la personalidad que debe dictarle el alma”.
Igualito a todos los padres. Sigmund Freud, analize this! Y bueno, tampoco es cuestión de echar culpas (o salimos en patota a tomar Pine*).
Del otro lado de la moneda está la fuerza para reclamar nuestro propio poder. Florales como Centaury (la flor de la voluntad) o Agrimony (para dejar caer la máscara), pueden ayudarte en esa dura pero importante tarea para el alma.
Hoy te regalo la libertad. Sólo tenés que agarrarla.
¡Hasta la próxima!

* Pine es la Flor de Bach para la Culpa

Y POR FAVOR RECUERDEN AGENDAR LAS PROXIMAS INVITACIONES

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente, precisa y exquisita la forma de redactar los momentos y situaciones que al leerlas no puedo mas que esbozar una sonrisa, reconociendome en algunos de los parrafos y la satisfaccion de saber que voy por el camino correcto? (corrijo por el mejor camino ), para que mi ser crezca y se enriquezca. Saludos. Genial. Ale